Kemo es un restaurante ubicado en el centro de Barcelona, Ronda Universitat, una de las zonas más turísticas y con más trajín de la ciudad. Creamos la identidad de la marca basándonos en la propuesta gastronómica: recetas asiáticas de cocina caliente.
La diferencia respecto a los prolíficos lugares de sushi era evidente y la marca debía reflejarlo para posicionar el restaurante y explicarlo al consumidor con la expresión —mínima y primordial— de la identidad. Ahí nace Kemo.
El naming es una clara alusión a la temperatura a la que son servidos los platos.
La K incendiada hace el resto del trabajo.
El rojo y el negro dominan la atmósfera en la que luces y los neones rescatan el espacio de una oscuridad deliberada.
Hemos quemado los sobres de las mesas, carbonizadas bajo los platos y los vasos de los comensales, hemos superpuesto llamas de neones sobre imágenes de ventiladores, hemos creado dos lámparas únicas, de grandes dimensiones y con cincuenta extintores cada una. Es lo que llamamos branding escénico, la articulación de la narrativa que se sustenta incluso sin recurrir a las palabras. Show, don’t tell.